19.5.05

con alma de perro

El viernes pasado Fernán y su novia me regalaron una gata de dos meses y medio. Es atigrada, de ojos claros y bastante juguetona. Lo que sí, lo de la autosuficiencia está por verse. Durante la semana me paso mucho tiempo afuera y cuando vuelvo tipo once de la noche, la gata está que trina. Me maulla, me muerde los pies, me mira fijo enojada. Media hora mínimo. Después, sí, se calma, y por ahí se acerca y ronrronea. Pero... ¿no era que los gatos eran independientes? Me parece que me regalaron una gata con alma de perro.

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