25.1.12

Hola Juanma, muy buena tu nota sobre Dolina, la disfruté mucho. Se que no había espacio para más, me hubiera gustado algunos temas más, como su reluctancia a abordar temas de historia argentina en su programa, su visión y comentarios sobre personajes de la música popular, etc. Fue un poco escéptico [también] con las 20 verdades peronistas. Yo creo que las 20 verdades para el peronista de verdad, son como los 10 mandamientos para el cristiano, hay que meditarlas y tratarlas de cumplir, sabiendo que hay inevitablemente caídas, en las cuales no se cumplen, pero cabe el arrepentimiento y la vuelta al deseo y la voluntad de cumplirlas en el peronista sincero. Claro, si no hay sinceridad...

Dolina hizo mención de la verdad "En la nueva Argentina, los únicos privilegiados son los niños". Esta verdad, ya te lo he contado, tiene para mí un encanto especial. Algo voy a repetir, a riesgo de aburrirte. Veía esta verdad grabada en madera, en la plaza Constitución, frente al edificio de la calle Lima, cuando iba "a jugar a la pelota" muy chico, con los amiguitos del barrio. No se me escapaba el mensaje que no había privilegiados, pero mi mente de niño, tomaba literalmente, sin metáfora, la parte de que los niños en la nueva Argentina eran los únicos privilegiados. De tanto ver la frase todos los días, yo pensaba a Perón como un superpadre, que tenía especial interés en protegernos a nosotros los niños, y que mis padres reales, tenían la obligación de cumplir con la orden de Perón, que era el presidente del país. Por supuesto, dentro de las obligaciones, estaban las correcciones que fueran necesarias para mi mejor educación. Yo pensaba que no había niños con hambre o con falta de educación, deportes y atención médica, en aplicación de las ideas de Perón sobre la niñez, por ejemplo, y creo que no estaba muy alejado de la realidad. Cuando en 1951 se levanta el gral Benjamín Menéndez, yo le dije a mi padre algo así como "Qué enojado se va a poner Perón, cómo le hacen eso, que bajeza". Pasaron algunos años, yo crecí, el régimen se enfrentó con la Iglesia, y allí sí, estuve en contra del régimen. Mi formación escolar en el Salvador y la opinión de mis padres, tomaron la delantera, aunque cabe decir, que nunca la opinión de mis padres fue gorila, sino que se mostraban en contra de los aspectos autoritarios del régimen...

Un abrazo, tu Papá

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