20.1.12

una baterista con la musculosa de Goo

Empecé a escuchar a Daniel Johston cuando me di cuenta de que lo que más me importaba en el rock era la voz, lo que me querían decir, el brillo en los ojos, el tropiezo. Era invierno y todavía cursaba en la UBA, ese establecimiento a todas luces gris, enroscado, claramente inferior a varias universidades nacionales, pero que igual te persigue, te pide algo. Eso que aun hoy no podés explicar. El peronismo todavía era una mala palabra y Kirchner, un gobernador que Duhalde alentaba para sepultar a Menem. Recuerdo levantarme, tomar ese casete TDK de Pavement y estar resfriado. Viajar hasta Nuñez porque no quedaba otra y que en todo el país los cash-converters fueran nuestros cajeros Link o Banelco. Nuestros trabajos free-lance. El desafinadito de Malkmus. La carita dibujada en el cartoncito de los temas. Esa vida. Por algo, la otra vez, le comentaba a Caro: podés decir lo que quieras de los Faunos, pero nunca que no te ponen de buen humor; que no te marcan una sonrisa en la cara. "La verdad que sí", me contestó mientras me codeaba para que me lanzara al pogo y le festejara a Luiggy, el Iggy Pop de Once, su intermezzo pulenta en el recital. Hoy, en Plasma, en el homenaje veraniego a Daniel Johnston (!ey! ¿cómo estás?), un chabón me comentaba que había "buena música" más allá de todo y yo le decía por supuesto que sí, claro que hay "buena" y "mala" música, pero... ¿de verdad importa tanto distinguirlas? Esa carita dibujada en el cartoncito de los temas. "A ella le va a encantar", pensás. Y cinco meses después los cacerolazos arrecian, pero los saqueos son esa acción que dan la pauta a seguir, una pertenencia invisible que nunca será reivindicada. Salvo, claro, estar presente. Vivir. Ser ese momento importante para todos. Ese Henry Miller. Preacher y su road-movie de western terrorista. En las buenas o en las malas. Cuando me tomo la Línea B hasta Villa Ortúzar, ese barrio olvidado que nos cobijó un año exacto. Cuando creemos en nosotros mismos y cantamos: una pandilla de lobos del bosque me atacó/ y ahora estoy mejor/ ahora estoy con vos.

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