30.8.05

no me pregunten por qué

Brrrrrr. Hoy sí que hace frío ¿eh? Recién hablé con mi amigo J que está viviendo en Maryland, EEUU, cerca de Washington DC. J dice que en Buenos Aires no hace frío. "Chabón, acá cuando anuncian uno o dos grados todo el mundo dice '¡qué grosso! hoy está calentito!, hoy aflojó la nieve!!' ¿Te dás cuenta? Eso es frío, chabón. No la mariconada de Buenos Aires". Como siempre, tiene razón. Es increible cómo influye la temperatura en nuestras conversaciones. Es lo primero o casi lo primero que comentás cuando llegás al trabajo o estás por salir de un lugar. Obviamente también es el tema obligado con el portero, el guardia o el vecino que te cruzás en el ascensor. Todo el mundo se burla de esas conversaciones. Las tildan de falsas. A mí me gustan. Si lo pensás bien, es tremendamente loco que ya sepas que estás hablando de compromiso, que te importe un pito si al tipo la humedad lo tiene mal o si le conviene que no diluvie porque no lleva paraguas... ¡y que le sigas la corriente igual! Si uno lo piensa bien, es fabuloso. En esas instancias, en esos electrizantes segundos de mutua y flagrante mentira, todos ¡TODOS! nos revelamos como actores. Y sufriendo. Porque está claro que el otro ya sabe que sólo te interesa evitar un silencio incómodo. Y está claro que eso no nos preocupa. ¡Pero nunca al punto de que se vean los hilos! Por eso, de un tiempo a esta parte, yo opté por disfrutar. Por buscar la manera más... cómo decirlo... graciosa de pasar ese momento. Introduzco en la charla algún dato estadístico, algún estudio reciente, alguna consideración existencialista que le de un marco importante a esa situación y que del otro lado lleve a pensar: "Pará, ¿este tipo me está hablando en serio? ¿o me está jodiendo?". Pero no, no es ironía. Sólo ganas de jugar. Nada más copado que cuando el otro, ese desconocido del cual no nos importa absolutamente nada, se pliega secreto, cómplice, y te canta retruco. Te devuelve la estocada con otro comentario por el estilo. Frase que va, frase que viene y ambas partes que reproducen un diálogo hilarante. Es ahí, durante ese duelito efímero y extrañamente placentero, que te sentís hermanado. Fraterno. Y no me pregunten por qué. Brrrr. Hoy sí que hace frío ¿eh?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja! Yo con mi portera siempre hablo de mi perrito!!! Creo que con todos mis vecinos hablo de mi perrito...

Anónimo dijo...

juan, sos el mas groso!
Si me tiran un dato estadistico en el ascensor voy a pensar que es la tendencia que vos impusiste!
bien ahi!

Anónimo dijo...

Muy buena la nota en Página. Felicitaciones!