31.8.11

Otra paliza. 86 a 51. EStá claro que Uruguay no es rival para esta Argentina. Pero es un alivio que el triunfos se mantengan así de contundentes. El equipo está vivo y con muchas ganas de demostrar cada segundo lo que vale. Hoy brillaron desde lo físico y lo mental NOcioni, Scola (cuándo no) y Delfino, que volvió a las canchas luego de una lesión que lo dejó afuera ayer contra Paraguay. Me gustó mucho más la defensa, con un Juan Gutierrez más firme (al fin) y con buena capacidad de goleo (hizo doce puntos). También alternó bien Pepe Sanchez, un veterano del ritmo. Y obviamente Prigioni, que hoy por hoy es el dueño estratégico del equipo. ¿Y Gino? me preguntaron Alejandro Lingenti y Mariano Hamilton cuando me sacaron al aire por la Nacional Rock. Ginobili está bien. Todavía no brilló. Pero está prendido y tranquilo con dejarle el protagonismo a los demás. Ya todo sabemos (empezando por él) que aparecerá en su explendor cuando se lo necesite. Hoy fue importante también porque fue mi primer día en la cancha. O sea, mi primera oportunidad de ver a esta Selección que amo a menos de cuarenta metros de distancia. En vivo. De verdad. Ayer, que tenía entradas para verlos contra Paraguay, no había podido venir por una gripe que se complicó en bronquitis y luego en bronco espamos que me llevaron de urgencia a un clínica donde me aplicaron una inyección y nebulizaciónes. Sí, estuve jodido. Y pensé mucho en los que me quieren y yo sigo queriendo. Los extrañé. Mucho. En Mar del Plata me tratan de diez, pero no es lo mismo que te pase esto cuando estás lejos de tu ciudad y de los tuyos que cuando no. Es diferente. Por eso, cuando pasé los controles y finalmente ingresé al estadio casi me pongo a llorar. Ahí estaban Scola, Nocioni, Ginóbili, Oberto, Pepe, Delfino, Prigioni haciendo los precalentamientos previos que tantas veces había visto por televisión pero que esta vez me parecieron maravillosos, hipnóticamente reales, hermosos. Juro que no pude quitar mis ojos de esa rutina habitual y vulgar en todo partido de basquet y que practicamente no emití palabra durante el match, cuando los que me conocen saben que no puede dejar de arengar al equipo cuando lo veo por televisión. Era mi primera vez con ellos y no lo podía creer. Hasta mañana.

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