7.9.11

¡Qué calentura! Ya apenas arrancó el partido y a los cinco segundos se lesionó el Chapu sentí una mala espina: "Esta es la típica que después recordás como el principio del fin", pensé. Y tal cual. De ahí en más todo se hizo todo cuesta arriba. Y para Brasil, todo fácil. Terminamos el primer tiempo uno arriba, pero creo que fue el único momento del partido que estuvimos al frente del marcador. Lo curioso es que ellos tampoco la tuvieron del todo sencilla ya que Tiago Splitter, su figura pivote, jugó muy poco porque se cargó de faltas, aunque su reemplazante Rafael Marquinhos la rompió e hizo que no extrañaran al NBA. Fue un flojo partido de Argentina. Pero no desastroso. En el haber, además de Manu, cuento a Oberto, que la rompió en los míseros nueve minutos que jugó (es claramente el mejor defensor, cuando está en cancha somos un muro) y a Kammerichs, que levantó el partido con dos dobles sacados de la galera y varios sus tapones característicos. Lejos de ser una figura decorativa, Kammerichs se la arregló como pivote (cuando es alero) y estuvo presente cuando más lo necesitábamos. Grande Yacaré. Del otro lado fue impresionante --mal que me pese-- la labor armadora de Marcelinho Huertas, que dominó el partido como quiso y le ganó el duelo a Prigioni (que igual no jugó mal) y del citado Rafael. "Perdimos versus BRA. Un golpe que duele, pero lo creo necesario. Nos ganaron realmente bien. Felicitaciones a los vecinos", tuiteó Manu hace un ratito y yo estoy de acuerdo. El invicto, si bien justo y cierto, era una arma de doble filo; una invitación al desastre. Ideal para tapar errores y despertarnos en medio de una pesadilla. Y ahora ya no vamos a poder hacernos los boludos. Las cosas para corregir (la debilidad de la defensa cuando no está Oberto, el ataque errático cuando no aparece Gióbili) ahora están a la vista. Y tenemos tres días para acomodarlas. En el medio está Dominicana, que viene haciendo un gran torneo y ¡ya le ganó a Brasil! Je. Pero a no desesperarse. Confío en este equipo y confío en que van a poder mantener la cabeza en el partido del sábado, que es cuando --al fin de cuentas-- importa el triunfo de verdad. Por lo pronto, felicitaciones hermanos brasileros, nos ganaron muy bien. 71-73. La próxima será otra historia. Hasta mañana.

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