28.6.11

federalismo

“Yo no discuto federalismo con los hijos de puta de la pampa gringa, conservadores, antiperonistas, antipatria, antipibe, y todos los anti que quieras usar. Para ellos federalismo es no pagar impuestos. Já, qué grande, qué federales que son. Después cuando agarran un mango lo primero que hacen es comprarse un departamento en Recoleta. Pero por favor, POR FAVOR. El federalismo te lo discuto desde el Chacho Peñaloza, desde el peronismo y la manera en que fue armando las provincias para que sean entes productivos. Basta de gansadas, loco. Basta de hablar de política con el Billiken en la mano. Basta de egoismos disfrazados de institucionalidad. Me cansé. Viva Perón. Viva Kirchner. Muerte a todos los piamonteses chupa-culo...”

Mis amigos en la #cadenafreelancer

27.6.11



Este jueves, en el bar favorito de la Segundoce, voy a estar leyendo algunos poesías al tuntún junto a otros amigos y colegas. Los espero.

16.6.11

Los amigos del suple Ni A Palos me hicieron una mini entrevista por mail para una nota de tapa que seguramente salga este fin de semana. Aquí lo que les contesté, con algún que otro agregado menor

-A tres años de tu artículo, ¿sigue teniendo sentido hablar de indie pulenta? ¿por qué?
-Sí, claramente. El indie pulenta ya era una realidad entonces, cuando El Mató tuvo su salto de popularidad, y lo es más aún hoy, cuando ya muchas bandas "indies" o under no ven como problematico tratar lo barrial, lo cotidiano y tener una acercamiento más natural con lo popular respecto a la escena anterior (Jaime sin tierra, etc). Una cosa importante es que yo no "inventé" lo de indie chabón o indie cabeza; simplemente puse la lupa sobre el fenómeno que ya existía y hasta circulaban en voz baja en el ambiente. De hecho, la primera vez que escuché decir "indie cabeza" fue durante una charla entre músicos locales (porteños) refiriéndose a lo que pasaba con El Mató. O sea, ya existía, era una realidad. Y como yo ví -y sigo viendo- que ese mote (al principio despectivo, luego revalorizado) se correspondía también con una diferencia musical, estética y cultural respecto a las otras bandas, me puse manos a la obra y escribí aquella nota. Nothing more.

-¿Por qué pensás que las bandas se resisten tanto al mote?

-Porque a nadie le gusta que lo encasillen. Y menos a las banda de rock. Además el "ser cabeza" sigue teniendo un contenido estigmatizante, como lo es en Estados Unidos el ser "nigger". La diferencia, tal vez, es que allá los negros se reapropiaron del término y lo utilizaron como valor de identidad. Acá, donde todo lo "cabeza" sigue teniendo mala prensa (sobre todo en la clase media) las bandas no se animaron (o no quisieron) dar ese giro. Y no está mal. Son opciones.

-¿Qué sentido tuvo el Festipulenta en sus inicios y qué sentido tiene hoy, si es que varió?
-El Festipulenta, que organizó junto a mi compañero periodista y amigo Nico Lantos sirve como lugar amiguero y vital para que muchas de estas bandas (que son de zona Sur y La Plata) puedan tocar en Capital de manera parecida que lo hacen en sus pagos. O sea, con barra barata, buena onda entre todos y condiciones dignas para tocar. En el medio, también sirvió para darle empuje a bandas que por no saber "prensearse" o hacerse amigos de los periodistas no aparecen seguido en los medios ni tocan comunmente en Capital. O tocan seguido, con bastante convocatoria incluso, pero por alguna razón no les dan mucho bola. Es el caso de Olfa Meocorde, por ejemplo, que desde hace diez años viene dando recitales antológicos, pero casi sin eco en la prensa. Darle bola a esos grupos, abrir la cancha de lo mostrable y hablable, es para nosotros una felicidad.

-¿Cómo encarás la agenda de La Hora Pulenta, en términos de temas y de bandas que llevan?
-La agenda la marca la actualidad: todo lo que discute la sociedad nos interesa. Y más si le podemos meter nuestra mirada pulenta no exenta de humor. Y, por supuesto, las bandas que invitamos son pulenta. ¡O eso intentamos!

11.6.11

Me di cuenta de que en tiempos tan autosuficientes y progres tengo un concepto muy cristiano del amor