31.12.09

mis hits 2009

El festejo (Viva Elástico)
Alcanzar una estrella (Hernán Martínez y las estrellas)
Self destructive zones (Drive-by truckers)
Japoneses (Reimon)
En la carretera (Reno y los castores cósmicos)
The rest of the night (Warren Zevon)
Hooligan (El Perrodiablo)
Si vas por Constitución (Nico Landa)
If i am a stranger (Ryan Adams)
Amenecer (Los Auténticos Decadentes)
Melancolía (Estelares)
Good eye (Bruce Springsteen)
Reina de los ojos (La Valvular)
Hop de realidad (Andrés Calamaro)

Bonus:
Estamos (La ola que quería ser Chau)

28.12.09

mi vieja se encontró con Passarella en una óptica

Mi vieja se encontró con Passarella en una óptica y le pidió un autógrafo. "Es para mi hijo", le aclaró. "Ahora está un poco alejado, pero lo sigue queriendo". Cuando me contó, yo no la contradije. Es cierto que estoy un poco alejado, pero no por las malas campañas. ¿A quién le puede importar salir campeón en este torneo argentino? Lo que me sigue uniendo al club son algunos jugadores. Ortega, Almeyda... Verlo al Pelado (que loco que le digan pelado a un tipo con semejante melena rolinga) volver como lo hizo, cuando nadie creía en él, es una de las grandes satisfacciones que últimamente me dio el fútbol. ¿A quién le puede importar salir campeón cuando tenés la opción de emocionarte con el regreso más inesperado en el peor momento histórico de tu club? Y ni toco el tema Ortega porque ya es remanido. Porque si me das a elegir entre una tarde épica del Burrito y un título equis en un torneo equis, yo no lo dudo. Me quedo con el Burrito toda la vida. Hubo domingos en que esa sonrisa fue todo para mí. Y yo no me olvido. En cuanto lo otro... Bueno, prefiría que gane Passarella y no el menemismo de Santilli adosado a D'onofrio. No hay comparación, realmente.

22.12.09

brittany murphy

En el laburo alguien pregunta si no sentimos pena por la muerte de Brittany Murphy. Supe de ella con 8 Mile, esa peli que nos mostraba un Eminem maradoniano en las rimas, como salido de ningun parte. Recuerdo que quedé tildado con la historia. Y con ella, que tenía un aparición fugaz, pero muy femme fatale. En esa epoca -estoy hablando de hace casi diez años atrás- todavía me seducían las femme fatale. Ya no. Pero en aquel entonces me fascinó la escena en la que Brittany aparecía de repente en la automotriz donde trabajaba Rabbit (Eminem) y se lo cogía de una, hasta dejarlo hecho una piltrafa emocional. Recuerdo que volví a casa y me puse a revisar qué antecedentes tenía esta rubia de ojos oscuros, que había suspendido el tiempo con sólo aparecer en la pantalla. Y descubrí que -en realidad- ya tenia una carrera. Y que incluso había hecho de mosquita muerta en Ni idea y otros pelis totalmente opuestas a 8 Mile. Ahí me dije: "Bueno, creo que hemos encontrado una actriz". Aunque, claro, al poco tiempo me olvidé y le perdí el rastro. Sabía que seguía filmando. Pero ninguna de las pelis que estaba haciendo me interesaba especialmente. Cada tanto la enganchaba en alguna comedia o drama del cable y me daba cuanta de que no me había equivocado: brillaba cuando se lo permitían. Pero nunca nada como para volver a prestarle atención. Ayer, cuando me enteré que había muerto, pensé sí, qué pena. Me hubiera gustado verla más.

15.12.09

Dylan también lo sabe...

Dylan: -No escucho canales de radio de rap, no pongo canciones de rap en el tocadiscos y no voy a conciertos de rap, así que supongo que no escucho mucho rap, no.

-¿No le gusta?

Dylan: -Me encanta que rimen por el mero hecho de rimar. Creo que es una forma de arte increíble.


Martin Fierro también...

Atención pido al silencio
y silencio a la atención
pues voy en esta ocasión
si me ayuda la memoria
a contarles que a mi historia
le faltaba lo mejor!

(Calamaro, en su blog)

28.11.09

acontecimientos

Jueves: llega a mis manos Lejos de Berlín

Viernes: llega a mis manos Orgía Políticamente Correcta

Sábado: arranca el Festipulenta 4 edición delucs

Así vale la pena recibir el fin de semana

26.11.09

alegría deportiva

Es obvio que la felicidad pasa por seguir la Selección de Basquet. De hecho, hablé de eso varias veces. Pero el futbol tiene lo suyo también. Por ejemplo con esto que pasa con Maradona (obviamente acá lo bancamos) o con River, que ahora que le va mal te da la posibilidad de tirar un: "Y sí, Ahumada es el chabón que más bancó la camiseta en los últimos cinco años", y sentir que realmente te estás poniendo del lado de los buenos. O lo que pasó con Ortega al principio del campeonato. A mí, la verdad, me importa muy poco el campeonato. Pero verlo a Ortega dar vuelta él solo aquel partido contra Chacarita, en medio de un creciente clima de linchamiento mediático, me produjo una felicidad que no sé si muchos hinchas, -especialmente los que hinchan por equipos actualmente exitosos- pueden entender. Y ni siquiera los de Racing o Gimnasia. Porque de última, ellos ya están acostumbrados a sufrir. Y construyeron una bien ganada épica alrededor de esa condena. Pero el hincha de River no está acostumbrado. Y lo que tal vez no se esté dando cuenta es que momentos como ese de Ortega, o lo que pasa hoy con Almeyda, que volvió por la gloria y después de mil años de estar retirado, es una de las cosas más gratificantes que un hincha puede experimentar: el amor real -cristalizado en trayectoria constante y sonante- de un jugador por una camiseta. No un amor declamativo; uno hecho carne. Vivencia. Y la verdad, no encuentro alegría deportiva más plena que esa.

23.11.09

Hola Juanma, leyendo hoy "Los Lanzallamas" de Roberto Arlt encontré un párrafo que deseo compartir contigo.

"Alguien ha tomado la guitarra. Una vidala suena triste, y el porrón de ginebra embadurna los labios de fuego y los ojos de coraje. Las milongas entornan los párpados y retoban las caderas en pujo de baile; luego el moreno Amargura desenfarda el bandoneón, y en el pasto verde se destrenza el tango, negro ritmo de carnaza sensual y angurrienta".

¿No te llama la atención que en toda América Latina los negros sean sinónimo de ritmo alegre, vibrante, y aquí resulta que el negro bandoneonista tiene el apodo de Amargura?

Un abrazo, tu papá

19.11.09

pocas cosas más maravillosas que participar de un fenómeno de masas

Obviamente tengo una ideología musical que se vincula con mi ideología política. Pero no se traduce literalmente. O sea, el corte mal que me pese es transversal. Yo no creo en la transversalidad. Nunca creí. Prefiero la ayuda sólida y sostenida de los intendentes que las veleidades de una Royale que no conoce el barro del conurbano. Pero cuando un tipo como Melero, a quien valoro y aprecio como compositor de grandes canciones, dice: "Siempre hay multitudes dispuestas a que les mientan". Y después: "Las mayorías jamás supieron elegir. Entonces, si no saben elegir políticamente, ¿cómo van a poder juzgar arte?". Ahí sí me situo transversalmente y le recuerdo que la masividad tiene de todo. Audacia y reposición. Conservadurismo y rebeldía. ¿Hacen faltan dar ejemplos? Bueno: Beatles, Rolling Stones, Sex Pistols, Elvis Presley, Beach Boys ¿Ahi también las mayorías se equivocaron, Melero? Y mirá que te nombré de todo. Más allá de las condiciones artísticas, todos ellos fueron masivos, pero distintos. Entonces, ¿por qué meterlos en la misma bolsa? Siempre me molestaron los que miran con desdén los fenómenos masivos (y ya ni siquiera digo "populares", que obviamente pone en juego otras cosas; digo masivos, así, sin más), aquel que cuenta la cantidad de seguidores para adherir o no a un fenómeno. Considero que son ingenuos al revés. Porque después, cuando ese fenómeno under que cuidan y subrayan salta a la masividad, no saben donde meterse. Se convierten en renegados o quebrados. Pero bueno, allá ellos. No saben lo que se pierden. Pocas cosas resultan más maravilosas que participar de un fenomeno de masas y sentir que sos uno solo con toda esa gente que está en la misma. Y no es tan raro, eh. Pasa relativamente seguido en la música, la política, los deportes, las discusiones en la web. A mí me pasó la última vez cuando se votaba la Ley de Medios y afuera del Congreso se vivía la espera como una fiesta. Estaban D'Elía, Copani, Tavo de Los Piojos, Cristian Aldana de El Otro Yo y mucha gente más. No había amalgama. O sí. La amalgama de saber que estábamos ahí por algo bueno y efectivamente posible. Real. Lo opuesto a una utopía. Lo comparaba con las cerradas y aburridas marchas que asistí alguna vez cuando era adolescente y pensaba: "Qué pena. Los tipos están atentos a todo conflicto social que haya. Pero cuando sucede algo verdadero y alegre se lo pierden, lo odian". En realidad, no es una pena. Es una tragedia. Pero volviendo a lo anterior. Cuando ocurren esos fenómenos de masividad, te sentís bien. Generoso y comprendido. Por eso, a quienes les preocupa tanto la individualidad, yo les digo: no se preocupen, no es tan grave. Si tenés convición en lo que hacés, si estás tranquilo con quien sos y los que vas a seguir siendo antes y después, ¿cuál es problema de que te disuelvas en la masa? Si tenés ese miedo es porque francamente, más que ego, lo que hay ahí es inseguridad. No digo que sea el caso de Melero. Pero sus palabras muestran un elitismo que, pruebas a la vista, no le encuentro otro mote que rancio.

29.10.09

Raspabas la consigna
con la punta de la llave
sobre el pupitre.

"Has recorrido un largo camino,
muchacho", y yo me acordaba
del póster del Jefe
en la pared.

¿Cuántos éramos
los que levántamos la mano
cuando preguntaban
por los responsables?

Estabas ahí siempre.

25.10.09

"En 1965 estabamos sentados una noche en el hotel y calculamos cuántas chicas habíamos tenido desde que habíamos formado la banda (...) La gente siempre asumía que Mick era muy activo sexualmente, pero eso no era así en los '60. Mick y Keith solían quedarse en su habitación, escribiendo canciones, y en Londres tenían novia fija, a las que eran vágamente fieles. Charlie permanecía ciento por ciento fiel a Shirley, su mujer, y Brian y yo no éramos fieles en absoluto. Ya en 1965 yo había obtenido 278 chicas; Brian, 130; Mick, unas treinta; Keith, seis; y Charlie, ninguna"

Bill Wyman en Stone Alone

7.9.09

Me cuestionan que peleo
por causas perdidas
me piden que no lo haga más
pero yo no veo el problema
si total
todos nos vamos a morir.

17.8.09

porque el que no quiere reencarnar en un auténtico decadente no entendió nada

Volvió el gorilaje musical, el odio a la alegría, el descrédito, la Biblia junto al calefón. Cualquier advenedizo se siente capaz de expulsarte de un estándar de rock que desconoce; por consonante y cumbianchero, por millonario, por Pomelo; serás demasiado ligero, serás reaccionario, serás viejo-choto, pero no "sos rock" porque se le canta el culo-blando a un "abrazafarolas" que ni sabe quién era Willy DeVille, ni "sabe un carajo de The Mothers".

Alguna vez, hace mucho tiempo, había músicos que pensaban así, pero al revés; entonces no había lugar para Pappo, ni para Luca, ni para Miguel, ni para Federico, ni para La Renga, ni para los Deca, ni para Juanse; porque la corriente era declarar "cuadrado" al rock’n’roll de toda la vida; pero ahora (al derecho y al revés) algo conspira para deformar la cultura y ser más resentidos y tarados. En este contexto aparece Jorge a salvar las papas, como un extraordinaire héroe tranquilo.

25.7.09

caparrós es intelectual y zelaya un vaquero

Te enseñan que la vida es una cosa. Lo que te muestran las películas. Pero también lo que te inculcan tus viejos, los libros que leés, las canciones de rock que te enamoran, las series de televisión, tus ídolos.

Comienzo, desarrollo, final.

En ese momento me di cuenta. Cuando me miraste con la determinación del error. Ibamos por Paseo Colón y vi que habías detectado el defecto físico. La anomalía. Una fetichista de la fotografía. Del bello gesto que se cristaliza.

No soy así.

Y está bien.

Ustedes hablaban de las vacaciones. Y yo pensaba: "El subte queda lejos. No tengo monedas". Las vacaciones eran un horizonte nublado. Y ustedes parloteaban. Que este tal cosa. Que aquel tal otra. No les gustaba ninguno. Pero hablaban de ellos igual. Eran divertidas. Lindas. Y yo vagabundeaba. Las manos en los bolsillos y la mente en otro lado. Compartimos laburo un tiempo y después nunca más.

A los sesenta y cinco te jubilás. O más o menos. Mi viejo largó todo un poco antes y se dedicó a lo que verdaderamente le gustaba: la historia argentina, las clases de zamba y tango, la astronomía. Discuto bastante con mi viejo. Lamentablemente. Y lo peor es que yo, en esos temas puntuales, presentes, generalmente tengo razón (en los otros, los profundos, tiene razón él). Pero hay algo en lo que siempre me gana: la pureza. Mi viejo se equivoca, pero nunca la caga. O casi nunca. Es un tipo con paz. Y un tipo bueno. Yo soy bueno. Pero mucho más bueno es él.

Por suerte.

Hay cosas que no dependen de uno.

Cuando Johnny Depp se enamoró de Winona Ryder se tatuó en el hombro: "Winona For Ever". El amor duró tres años. Después él modificó su tatuaje y quedó: "Wino for ever" (borracho por siempre). Y ella, según la prensa, se dedicó a lo que más le gusta hacer: salir con rockeros. El mejor: Ryan Adams.

El chabón que todas las minas argentinas adorarían si lo conocieran.

Allá es famoso. Pero es country. Country alternativo. Y acá el country, en la mentalidad crítica de Puán, Marcelo T o Ramos Mejía, los adoradores de la Escuela de Frankfurt, los seguidores -hasta hace muy poco- de Caparrós y Lanata, todavía es considerada una música de viejos reaccionarios.

No me olvido más. Año 1998. Lanata alecciona a los futuros caceroleros en Día D y lo envía a Caparrós a Venezuela. Le dice: investigá. Él vuelve a la semana y da su veredicto: "Sí, son carapitadas. Chávez es como Seineldín". Tiene miedo en los ojos. Le tiembla el bigote. Pero está seguro de lo que dice. Nunca se retractó.

Caparrós es un intelectual.

Y Zelaya, el tipo que volvió a su patria después del golpe más humillante del que se tenga memoria, el que volvió a pie y de pie, rodeado de su gente pero también de los francotiradores apostados en la colina, es lo opuesto, un vaquero.

Ryan Adams, que también es un cowboy, graba diez discos en diez años y me deja una canción, una entre decenas, que repito todo el día y te canto a vos, aunque no estés: "Sé que ahora soy un extraño, pero trataré de estar ahí".

Y caminamos.

Caminos aunque enfrente esté el desierto.

21.7.09

Morazán es Bolivar o San Martín

Hace un par de semanas tengo la persiana caída. Se cortó la cuerda y zas, se desplomó. Sin vueltas. Para siempre. Llamé a Martín, que siempre me ayuda en estos casos. No contestó. Recuerdo que la última vez me avisó que no respondía el celular. "Por seguridad", me dijo. "Los puede ver mi mujer". Los fines de semana se ve con su amante en Quilmes y los llamados podían ser peligrosos. "Me pueden descubrir", me advirtió. El tema es que hoy por hoy es el único que me puede ayudar. Él levanta, yo sostengo. O viceverza. Un equipo que funciona bien. Hablamos de la vida. De peronismo. Y de mujeres. Martín fue ayudante en el edificio donde vivo. Ayudante del portero. "Con Juan Carlos todo bien", me dice. "El problema es la vieja". Y no hace falta decir que la vieja es la administradora, la cincuentona votante de Macri que vive en mi piso y que desde que me mudé acá me trata bien. Me considera importante. De buen trato. Seguramente porque soy blanquito. Y viví en otros países. Colombia. Honduras: "Míralo al argentino. Mira cómo sabe la historia de nuestro país", me decían cuando estaba en tercer grado. "Morazán es Bolivar o San Martín", me inculcaba el viejo que vendía golosinas en el recreo. Y yo recordaba, memorizaba. Y no me olvidaba más. Si querés cerciorarte, date una vuelta por Loreto y Vuelta de Obligado, esquina federal si las hay. Me acuerdo que recién terminaba Mexico '86 y todos decían: "¡Al argentino! ¡Al que salió campeón mundial!". Así aprendí a jugar. A gambetear. El fútbol es importante. Pero nunca tan importante como cuando sos chico y todos te señalan a vos. Hoy justamente hablábamos de eso, en el día del amigo. Por la tele pasaban los goles de Diego y uno tiró: "Loco, es un genio, no se puede creer. ¡La tenía atada!". Y sí. Nosotros nos quemábamos los ojos para completar el álbum, exigirles que nos dejaran salir antes de que fuera demasiado tarde, y ellos nada. Ni la hora.

Con esa seguridad del que te pide todo para no darte nada.

19.7.09

hay una ideología dando vueltas

En este blog apoyamos a Zelaya, Moyano, Ahumada, las callecitas de tierra de José C Paz y las epopeyas de La Plata.

Si vos bailás, nosotros también.

7.7.09

tengo que hacer eso y lo hago

-Vayamos ahora a tu poesía porque ésta es una entrevista a una poeta ¿no? No hay en tu poesía palabras que no sean las cotidianas. Transmitís ideas muy profundas, que tocan el alma, pero siempre usando el lenguaje de todos los días.

Sí, siempre me he rehusado a usar palabras que salen de lo corriente, aquellas que suelen considerarse poéticas. Me cuido de no caer en eso, me cuido de no volver a tocar un poema una vez que lo dejé.

-Quiere decir que no corregís.

Yo escribo un poema en unos minutos y no lo toco más. Puedo escribirlo varias veces, una atrás de otra hasta que me parece que está. Ahí lo dejo y no vuelvo a tocarlo.

-Quiere decir que no cambiás una palabra o dos, sino que...

Vuelvo a escribirlo entero hasta que lo guardo o lo tiro. Cuando está, está.

-En cuanto al proceso por el que llegás a escribir un poema, ¿éste te ronda la cabeza hasta que te sentás y lo escribís?

No, no, es como si la mano fuera... Es muy difícil para mí explicar lo que hago.

-También podría interesar los sentimientos que te acompañan cuando escribís.

No, nada, nada. Tengo que hacer eso y lo hago. No que necesito hacer, que estoy obligada a hacer.

-Juan Gelman dice que sus poemas responden a obsesiones. "Tengo una obsesión y escribo para terminar con ella". ¿Será lo tuyo algo parecido?

No, no es así. Es algo completamente natural que en determinados momentos debo hacer. Lo hago y jamás vuelvo a tocarlo, una vez hecho. Por otra parte no quiero ceder a la tentación de escribir lo que no estoy obligada a escribir. A esa tentación me resisto.

25.6.09

pero la tele muda pasa los spots

Te dije que venía y cumplí, ¿viste? Estuvo bueno ver a los pibes compartir guitarras, intercambiar instrumentos y canciones como si fueran la misma banda, las birras que pasan de mano en mano y el frío que se vuelve calor en el bar. Sobre la pared, al fondo, dejan una imagen de la Bristol, los mocasines en la arena, y el Gato que canta: "Yo no sé cómo entender, la libre competencia del mercado laboral. El fracaso de los demás es un triunfo tuyo". Estamos ahí. Pero la tele muda pasa los spots y sin querer me acuerdo de elecciones anteriores. Diez años atras. Cuando voté contra la convertibilidad en el '99. Y ahora, que voto a favor del modelo. En el medio Salma pone el disco de Reno y se queda prendida en el primer tema. Termina, retrocede y vuelve a poner play. "Es como Neil Young", me dice, fascinada. "O como Dylan", propongo yo. Y asentimos cuando su garganta corta el aire en el cuarto.

8.6.09

Los Cayos



La mejor banda del país. O bueno, la más buena onda.

La que te va a dejar siempre con una sonrisa de oreja a oreja.

Pase lo que pase.

Escuches con quien la escuches.

Aunque sea domingo y haga frío y te hayas peleado con medio mundo o te hayan echado de tu trabajo.

O al revés: aunque esté todo bien, el sol salga todos los días y te paguen en regla, pero igual sepas que el turro siempre asoma.

Porque seamos claros: el laburo es importante. Y el reconocimiento no molesta.

Pero definitivamente no alcanza.

Hay algo profundamente perturbador en esas balizas puestas y esa mano que se extiende sola.

Si no reaccionás ante eso, no reaccionás ante nada.

De qué te sirve escribir sobre música, tener el tupé de describir sobre un disco, pontificar si un tema es bueno o malo (¡Díos mío! qué importa si es "bueno" o "malo"), si no te hacés cargo de lo que te escribís. De lo que te gusta.

Y la verdad, a esta altura, lo primero que me interesa, es hacerme cargo.

Me importa poco el buen gusto.

La banda que hay que escuchar.

Lo que va.

Para mí las canciones de Los Cayos son buenas porque se quedan prendidas en el oído apenas las escuchás.

Porque son canciones que tienen el don.

Son especiales.

Te hacen sonreir.

O suspirar.

No importa qué palo curtas. O qué estilo prefieras.

Hay canciones que te pueden y ya.

Conozco poca gente que logra eso. Calamaro es uno. Y Los Cayos, en sus mejores temas, por más que suene temerario, me importa poco que suene temario, son otros.

Cuando Los Cayos se suben al escenario, casi no prueban. Directamente le tiran un par de consignas al operador y arrancan.

Y si tocan en Campana, de donde son, llenan.

La gente arenga en el teatro como si fueran Divididos. Cientas de personas.

Y si tocan en Once, en el Zaguán o en La Cigale, y no son tantas, arengan lo mismo.

Contagian la risa a todo el lugar.

Y lo mejor: con la más absoluta generosidad.

Por más que haga frío, sea casi invierno y la humedad te cale en los huesos.

Los tipos arrancan y te llevan puesto.

Y cuando volvés a tu casa, no sabés que hacer.

Si cambiar tu vida o tomarte un whisky y olvidarte de todo, total mañana es lo mismo.

O si no.

Así de poderosos son Los Cayos.

La arenga que tienen.

Que les brota y que ni saben que poseen.

Si tuviera que compararlos, diría que me hacen acordar a la vocación cancionera de Estelares, el Manu Moretti más genuino y poeta. El bohemio que dejaba todo por un amor (y yo sé que todavía lo hace) y por una buena canción.

A mí Los Cayos me emocionan porque tienen un tema como Otarios, que es triste pero épica.

O como A Nadar, que es alegre pero demasiado arengadora para ser cierta (y eso la hace triste también. De otra manera. Pero agridulce al fin).

Y porque son tres. Y los tres cantan. Y los tres te hablan con propiedad.

Porque tienen treinta y pico. Y tener treinta y pico hace bien.

A los treinta y pico todavía te animás a grandes empresas, aunque regules la caminata y regules el paso.

Tenés treinta y pico, loco.

Te hacés cargo.

Te hacés hombre.

Y sino, te olvidás.

Yo prefiero seguir bancando las bandas que me emocionan.

Porque para hacer lo de siempre, tiro la toalla y chau. Para qué tanto lío, ¿no?

14.5.09

hola claridad, hola sentimientos

Una noche sin música puede ayudar a aclarar los sentimientos. Todos los días subo esas escaleras y todos los días las bajo, aunque a veces también tome el ascensor y me arregle un poco antes de entrar. Pueden pasar meses, incluso años, pero ese momento siempre llega. ¿Qué hago acá? ¿Por qué vine? ¿A quién le importa? No creo que estemos viejos. De verdad, no lo creo. Pero sí noto que me cuesta más recuperarme. Olvidarme del cansancio. Aunque pasen meses, incluso años, y ese momento de cuestionamiento otra vez me llegue. Por la tele pasan el partido de Pico Mónaco y, como pocas veces, me importa que gane. No es algo que me suceda seguido. El deporte de alta competición no me interesa, salvo que haya otra cosa en juego. Una amistad. Una promesa. Un amor. No es tan dificil. Si está eso, me importa. Sino, no. La pasé bien esa noche, en la terraza, que estábamos en ronda, y ustedes hablaban de las reuniones de jardín y de cómo muchos padres -no todos, pero sí muchos- tendían a pensar que sus hijos eran unos genios. Los vi amigos, además de compañeros y escritores, y eso me reconfortó. Me reí con esas escenas y esos diálogos. Abajo se cocinaba algo importante. Pero durante un largo rato nos mantuvimos ahí, como olvidados. La cerveza fría en el porrón de vidrio. Una noche nada más, una noche era la idea, en la terraza, en el centro cultural. Pero al final pasa lo de siempre: viene un Steve Earle, una Lucinda Williams, un Bonnie Prince Billy y ya entendemos un poco más. Hola claridad, hola sentimientos. Si no es con vos es peor.

6.5.09

más idea vilariño

Entonces
todo se vino
y cuando vino
y
me quedé inmovil

tú te quedaste inmovil
lo dejaste saltar
quejándote seis veces.
Seis.
Y no sabés qué hermoso.

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A nadie
oíme
a nadie
nunca
jamás
aunque no sea de verdad
aunque lo sea.
A nadie
oíme
a nadie.

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Si acaso estás jugando
si llevaste el juego hasta ese punto
porque yo no aceptaba nada menos
bueno
juego
me gusta
sigo
quiero.
No podría jurar que yo hago más.

----

Tomo tu amor
y qué
te doy mi amor
y qué
tendremos tardes noches
embriagueces
veranos
todo el placer
toda la dicha
toda la ternura.
Y qué.
Siempre estará faltando
la honda mentira
el siempre.

2.5.09

idea vilariño

La conocí hace unos años de boca en boca. Uno de esos momentos en que alguien te frena y te dice: pará, escuchá esto. Y a partir de ese momento te vuelve repentino fanático del autor en cuestión. Me pasó con Tom Waits, con Henry Miller y también con Idea Vilariño.

Al principio me costó conseguir cosas de ella. Incluso información. No daba reportajes ni tenía demasiado predicamento en los circulos literarios (aunque sí respeto, porque nunca había sido famosa). Su vida y obra era casi un misterio. Pero un día conseguí un librito de ella en un libreria de saldo cerca de la estación Barrancas. Y desde ese momento yo también pude cumplir con mi parte de la transmisión. Leer a otros esta mujer que también los haría devotos. Lo recité mucho a ese librito. Lo regalé a muchos amigos y conocidos. Me fascinaban de ella la sinceridad, la parquedad, la manera cortante de decir el amor, porque parecía que se le iba la vida en cada poema que hacía.

Esta semana me enteré que murió. Y como siempre, no hubo mucho de qué agarrarse, salvo sus poemas. Va acá mi recuerdo, Idea. Ojalá que estés bien.

----

No sos mío
no estás
en mi vida
a mi lado
no comés en mi mesa
ni reís ni cantás
ni vivís para mí.

Somos ajenos

y yo misma
y mi casa.

Sos un extraño
un huésped
que no busca no quiere
más que una cama
a veces.

Qué puedo hacer
cedértela
pero yo vivo sola.

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Porque sí
porque es él
porque alienta y sonríe
y está vivo y parece
intocable y eterno
porque no tiene miedo
porque nunca se olvida
porque es
porque sí
porque se va morir.

------

Aquí
lejos
te borro.
Estás borrado.

19.4.09

nadie te habla a vos

Nadie te habla a vos. Alguna vez alguien, en alguna historieta. O tu papá, en la sobremesa de una terminal de Ituzaingó. Las ganas de darte un beso, en otra época. Cuando estábamos todos en la misma. Y los fusilamientos eran dedicados. A Liniers, por leal. A Dorrego, por populista. A Benavidez, por caudillo buenazo. A Valle y Tanco, por leales. Si pudiéramos reparar el pasado, lo haríamos. Pero en laburo me preguntan porqué desprecio Europa. Y les contesto: no la desprecio. La ignoro.

16.4.09

Terra lo hace hablar a Feinmann: genial.

Si sos un progre sententista, masomenos amigo del ideario peronista, Feinmann te hace bien.

Te explica cómo se equivocó -pecó profundamente- la juventud maravillosa al asesinar a Rucci.

O cómo la vanguardia, desligada del pueblo (¿hay otra forma de la vanguardia?), es pura violencia desvariada.

También, cómo el gorilismo arruinó todo. Porque sino, ¿cómo se entiende tanto daño irracional?

Si tanto te interesa el PBI, ¿no debería interesarte también la posibilidad de un desarrollo más sólido?

El nacionalismo económico que adoptaron todas las capas oligárquicas de latinoamérica -desde la burguesía pinochetista de Chile hasta el industrialismo tozudo de Brasil; ambos profundamente racistas- acá fue imposible por el gorilismo: el convencimiento de que Argentina era un país de mierda que no merecía ese esfuerzo.

La enseñanza que nos legaron Rivadavia, Echeverría y Sarmiento: ¿para qué ser potencia, si merecemos ser colonia?

Entonces, Feinmann, por ese lado, bien.

Te da pistas de esa anomalía.

Te convence.

El problema es si sos, efectivamente, peronista.

Ahí... Mea fuera del tarro.

Por ejemplo, cuando plantea la estrambótica analogía Urquiza-Perón (¡increíble! ¡nunca vista!), cuando todo peronista de verdad, corazón abierto, sabe que ese puesto le corresponde a Carlos Seúl.

Hay un forzamiento para correr al Perón de los '70 a ese lugar a un lugar de traidor que para un peronista de ley es inaceptable.

Aclaremos: desde un lugar neutral podemos achacarle muchas cosas a Perón. Culpabilizarlo.

Pero desde un lugar peronista, no hay resto: él volvió por todos y a la primera de cambio (asesinato a Rucci, con más del 60% de los votos) lo prepotearon.

Por supuesto, es un argumento sentimental.

Pero también programático:

Su Pacto social del '72 precede y anticipa al que reclama Kirchner hoy. O sea: espantaría al campo, erizaría a la City.

Un plan que sería revolucionario (en el sentido peronista) aun hoy.


9.4.09

no existen los malos

De qué te sirve ser rockero si vas a espantarte en la primera cambio apenas la banda que toca antes o después de vos, o que está ahí de casualidad, hace lo que según los manuales no se puede hacer.

Sacarse.

Despatarrarse.

Desconocer el protocolo.

Y con esto no me refiero a caer borracho a una fiesta de etiqueta y ponerse a eructar o a sobarle la espalda a los diplomáticos.

Podés lograr esa proeza y sinceramente no se me moverá un pelo.

Hablo de otra cosa.

Hablo de muchas otras cosas. Y de otros lugares.

Un recital de rock por ejemplo. Una banda. Un tipo que canta. Un tipo que canta y hace lo que necesita hacer.

Que es, en realidad, lo que queremos todos: que sea él.

¿Cuántos se animan a eso?

O mejor: ¿cuántos se bancan estar frente a un tipo que se muestra tal cual es al punto de cuestionarte a vos mismo quien sos?

Para mí no es poca cosa eso.

Y los que se lo bancan, se bancan a El Perrodiablo.

Justamente el otro día le decía a los pibes: no conozco a nadie que no sea de verdad que no le guste El Perro.

O sea, tenés que ser buen chabón o buena mina para que te guste El Perro.

Masomenos entusiasta. La felicidad en las pupilas.

Sino, salís rajando.

Te da pavor.

Ojo: podés ser excelente persona y que no te guste la banda, por puesto.

No hay gustos obligatorios.

Pero si los vas a ver y te alucinan, bueno... seguro que sos de los buenos.

O, como dice Juanse: de los nuestros.

No existen los malos entre la gente de El Perro.

31.3.09

ese Alfonsín

Respeto el dolor
de mis amigos
radicales.

Pero para mí
el mejor Alfonsín
fue el último:
el que ayudó a Duhalde
--cuando todos le daban
la espalda-- a terminar
la convertibilidad:
un cáncer que idolatraba
la clase media
argentina.

Ese Alfonsín
y no otro.

El que una noche
de cacerolazo
se bajó de su coche
a defender con sus puños
de sesenta y pico de años
el honor que algunos
pretendían mancharle.

Todo lo demás
es importante
pero no me toca.

16.3.09

man in black 7 (secuestro en Jamaica 8)

A la policía jamaicana parece que le gusta la velocidad. Capturaron al tipo armado aquella misma noche, con su parte del botín, y lo mataron cuando se resistió a ser arrestado. También mataron a los otros, cuando unas semanas más tarde, tras una corta estadía en prisión, trataron de escapar.

No me sorprendió la noticia. La policía había guardado silencio sobre el asunto -ni siquiera nos había comunicado la captura del primer tipo- pero recuerdo que a la mañana siguiente del robo un oficial nos aseguró que los ladrones serían atrapados y que tendrían su merecido.

"No se preocupe, señor Cash -me dijo-. Esa gente nunca más lo molestará a usted o a su familía. Puede estar seguro de eso".

Ahora comprendo que sus palabras expresaban más de lo que yo entendí en aquel momento. O tal vez lo entendí perfectamente, pero quería imaginar lo contrario.

¿Qué pienso de todo esto? ¿Cuál es mi postura ante la justicia sumarísima, aplicada no oficialmente, en el Tercer Mundo?

No lo sé.

¿Ustedes qué opinan?

¿Cómo me siento? ¿Cuál es mi reacción emocional ante el hecho (o por lo menos la clara posibilidad) de que aquellos jóvenes y desesperados yonquis, que amenzaron y traumatizaron a mi familía, y podían habernos asesinados a todos (quizás sin pretenderlo), terminaran ejecutados por sus actos?

¿O asesinados o liquidados como perros o como quieras llamarlo?

No tengo respuesta.

Lo único cierto es que siento aflicción por esos jóvenes desesperados y las sociedas que los producen y los sufren en gran número. Y que siento que yo conocía a esos chicos.

Algo nos unía, a ellos y a mí.

Supe cómo se sentían, su necesidad.

Eran como yo.

6.3.09

los que cabalgan

No todos los días se puede volver contento a casa. A veces es el trabajo el que te desilusiona, y a veces un amigo. Enojarse con un amigo es dificil porque uno lo quiere. Y uno no puede enojarse con él como si fuera cualquier hijo de vecino.

Cuando alguien olvida la zanja, también olvida la sangre que perdió el desobediente, el que vio que es injusto esperar. La paciencia que perdió Chacho Peñaloza o López Jordán

Tengo una teoría: si en la escuela te enseñaran más la vida de los caudillos, los pibes ya no se coparían tanto con los ídolos de rock.

O sí.

Se coparían.

Pero los relacionarían más con outlaw Pete o Johnny Cash.

Y ya se sabe que los que cabalgan
se sienten capaces de todo.

24.2.09

no son vacaciones raras

Hay bandas que hacen rock y otras que no hacen rock pero lo interpretan. Nosotros lo hacemos, lo sentimos y tocamos el rocanrol como lo que es: Rock. No son vacaciones raras, sino cinco mierdas intentando asegurarse la inmortalidad en 40 minutos de show. "Esta es la vida que llevamos, es la vida que elegimos. Y hay una sola garantía: ninguno de nosotros verá el cielo"


más en el Festipulenta, que parece, se viene con todo...

10.2.09

minirrepo

Los amigos de ElAcople me sorprendieron con un lindo minirrepo

La verdad que se sintió copado estar, por esta vez, del otro lado.

Gracias, muchachos.

7.2.09

regalo de reyes, de año nuevo o de navidad

La otra vez
para Navidad
le regalé a mi vieja
Mujeres de Dios.
Lo vi en una librería de viejo
y me dije
vos sos mío
vení conmigo
no vayas con Dios.

No se asusten.
Siempre trato de regalar
libros en Navidad.
Si la convención es regalar,
prefiero regalar libros,
antes que calconzillos
o cosas para tirar.

No hay nada mejor
que la sorpresa de mi primo
cuando abre el regalo
y ve que ahí
frente a sus ojos
en vez de Lanata
hay uno de Terranova
uno de Incardona
o uno de Oyola.

¿Qué es esto?, me dice
y casi que me reprocha
aunque en seguida recuerda
que son las fiestas
y que todo está bien
cuando es Navidad

Son peronistas
-le explico yo-
y escriben todo día
de lo de antes
de lo de ahora
con ojos de hoy.

Mi primo me mira
pero ya no pregunta
simplemente escucha
quiere saber.

Tienen la ética
-le cuento yo-
de los que no paran
hasta que levantan fiebre
o tienen que ir al chino
y volver con el mandado
antes de sentarse a comer.

Mi vieja no. Me dice:
si sos vos, está bien
y abraza Mujeres de Dios.
cuando los chicos aplauden
los fuegos artificiales
en el balcón.

¿Es verdad que hay más luces
que el año anterior?
¿es verdad que los gorilas canosos
largan sesudas peroratas
contra la magia del populismo
y la alegría de Gardel?

Lo que yo sé
es que mis amigos escriben
todo el santo día
La pala contra el hombro
y las frases a flor de piel.

Y a eso
en mi familia
lo llaman
regalo de Reyes
de Año Nuevo
o de Navidad.

29.1.09

allá voy aunque no vaya

Extraño Honduras. El aeropuerto de Quito. Ahora un amigo anda por allá. Y me escribió: "Las mujeres son como decías. Mestizas, lindas, calientes". Me pide el video de Los Conquistadores, el de los conejitos. Le paso el link y vuelvo a verlo. De fondo, Quito. Y las callecitas de empredado. Los puesteros en el piso, con chucherías. Como acá, pero allá. Y con ecuatorianos. "Cada vez me convenzo más de que Bolivar fue un genio", me escribe mi amigo. "¿Al final supiste cómo fue lo de la entrevista de Guayaquil? Habías leído un libro, ¿no?". Sí, claro. La famosa cumbre. Acá siempre se lo tomó como una falta de consideración hacia nuestro prócer. O una muestra de soberbia del de ellos. Pero fue más bien un dos potencias se saludan. Con San Martín comportándose tal cuál era: un tipo humilde. Y con Bolivar respetando la obra de San Martín, pero apuntando más alto. La gran América. La patria grande.

"¿Y? Cuándo te venís por acá", me arenga mi amigo. "No me digas que ya no te interesa". No, cómo no me va a interesar. Si cada vez que pienso en Tegucigalpa, bastante lejos de Quito, pero también bastante cerca, me acuerdo de mi verdadero sueño, el verdadero sueño que tengo en mi vida: volver. Comprarme una revista de Kalimán, darme una vuelta por Comayagüela, pasar por la Residencia, sentarme a comer con Suyapa, una buena tortilla de frijoles con queso, y el sol que tira pero no tumba.

¡Allá voy Tegucigalpa! Allá voy aunque no vaya.

16.1.09

man in black 7 (secuestro en jamaica 3)

El que iba armado, que estaba de pie en la cama con su cañón a dos centímetros y medio de los sesos de John Carter, empezó a hacerle preguntas amistosas: "¿Qué hacés por acá? ¿Qué te gusta hacer en Jamaica? ¿Bucear?"

John Carter le contestó tranquilo y atento, y cuando sucedió lo más extraño de todo, se comportó impecablemente. Tenía sólo once años.

"¿Sabés qué? Es un arma de verdad", le dijo el que le apuntaba en la cabeza.

"Sí, lo sé", le respondió John Carter. "A veces voy de caza con mi papá. Sé de armas".

"¿Querés sentirla en tus manos?".

En ese momento entendí lo que significa el dicho "se me subió el corazón a la boca". No podía respirar.

John Carter no titubeó. "No, señor. No juego con armas. Les tengo mucho respeto. Son muy peligrosas".

El tipo asintió e hizo una mueca tras la media que lo tapaba: "Ah, me parece correcto. Me caés bien".

"Gracias, señor", le dijo John Carter.

La tensión cedió después de eso. Creo que todos vimos que las cosas podían acabar sin derramamiento de sangre, y los ladrones vieron que podían salir de ahí con un buen botín. Reba era la única que todavía daba muestras de nerviosismo; el resto intentábamos por todos los medios contenerla.

Cuando terminaron de guardar el botín en el saco, uno de los ladrones nos dijo: "Vamos a encerrarlos en la bodega". Y al oirlo, otras vez las mujeres empezaron a lamentarse. Pero yo pensé que era una buena solución. Significaba que no iban a sacar de la manga alguna sorpresa de última hora, como matarnos para que no haya testigos. No sé hasta qué punto ellos se sentían ocultos tras aquellas máscaras, pero durante más de dos horas y bajo distintas condiciones de luz, concluí que no servían de mucho. Probablemente hubiese podido señalar a cada uno de ellos en una rueda de reconocimiento.

Ignorando las protestas de las mujeres, nos condujeron escaleras abajo. Después, cumpliendo lo dicho, nos encerraron en el sótano. O, como dice June, "la prisión". Introdujeron unas cuñas en las rendijas de la puerta y se fueron.

Pero sólo por un minuto. Uno de ellos regresó y deslizó una bandeja de pavo por debajo de la puerta. "Queremos que tengan su propia cena de Navidad después de todo", dijeron. "No queremos quitarles eso".

John Carter y Doug ya estaban comiendo cuando escuchamos ladrar a nuestros perros, en silencio hasta ese momento, cuando los ladrones huyeron.

Nos tomó un tiempo. Pero Chuck Hussey y yo logramos tirar la puerta abajo, y nuestro lamentable grupo logró emerger del sótano. Llamamos a la policía.

(continuará...)

13.1.09

¿viste, Bocha? Lo mínimo que te merecías

La muerte de Sokol me pegó mal. Recién vuelto de las vacaciones, no fue una buena manera de empezar el año. Nunca fui "fanático" de Las Pelotas. Pero sí un entusiasta de muchos de sus discos, canciones y especialmente sus recitales, que mis amigos de El Acople me enseñaron a disfrutar durante -para mí- la mejor época del grupo (entre Para qué y Esperando el Milagro), cuando era común escuchar de sus seguidores que era "la mejor banda del mundo".

Es así. Uno trabaja de esto, le gusta la banda, pero no llega a disfrutarla realmente hasta que no encuentra la gente correcta para hacerlo.

Dejo acá, al que le interese, lo mejor que se escribió sobre él, por parte de un periodista de rock que quiero y admiro.

¿Viste, Bocha? Pocos podrían haber hablado mejor de vos. Lo mínimo que te merecías.