Cuando Antolín me pidió que le escribiera la liner notes de este disco me puse muy contento porque no hay muchos "cantautores" así. Y con "cantautores" me refiero a tipos graves o elegantes que abordan los grandes temas con mayúscula: LA muerte, El desamor, La vida. Los temas de Antolo, por suerte, van por otro lado: lo chiquito, lo de todos los días; una película de los ochenta, una, un vino tinto trucho, un mensajito con la sigla TQM. Estribillos al pasar que terminás cantando como quien no quiere la cosa mientras ordenás el cuarto, esperás el colectivo o preparás la cena. Ahora, en En vivo en la casa del árbol, lo que es escucho es una selección de sus temas (más dos inéditos) grabados de la mejor manera posible. Acústica, algún teclado y voz. Y el miedo --si es que en algún momento lo hubo-- rápidamente se disipa: si bien suenan perfecto, casi hi-fi para lo que son sus discos, sus temas no perdieron la calidez y lo artesanal que los caracterizan. La serenidad que te acompaña en la ciclotimia de los días. El mundo cotidiano hecho canción. Entonces: gracias Antolo por este disco y por haber estado presente todo este tiempo. Hiciste que fuera bastante mejor.
(aprovechando la inminente salida de un nuevo EP de Antolín, acá el texto interior que me encargó para el En vivo en la casa del árbol, de 2011, sólo encontrable y leible en su versión física)
