5.1.06

el fernet es una mina fea que te gusta

Cómo se metió el fernet en nuestras vidas... Hace unos años era sólo cuestión de cordobeses borrachos y cuarteteros. Recuerdo estar en Gesell (16 años, enero, cerca del Gateado, barrio malevo de la 115 y 1) y que Córdoba, un amigo de verano que ya no volveré a ver, me dijera: "Qué birra ni que birra... ¡Ferné, culeado! ¡Ferné!" Estamos hablando del año 94, pleno reinado menemista, donde las bebidas eran la cerveza Quilmes o el aperitivo Gancia. Y lo reconozco, en ese momento, a Córdoba, lo miraba con extrañeza: a los 16, el fernet me parecía un bebida de viejos (errores de la juventud, diría el feo Rivero) o de trasnochados. La primera luz roja me la dieron mis amigos en aquellas épocas doradas de El Podestá. Aunque yo, igual, seguía pensando lo contrario. Hasta que finalmente entendí: el fernet es una mina fea que te gusta. Una mina que al principio decis ¿qué pasa? ¿qué onda? Pero que cuando querés ver, no podés dejarla de besar. Y la cuestión es que, por suerte, desde hace cinco años a esta parte, el Gancia perdió terreno contra el Fernet. Mal. Por paliza. ¿Es el gusto? ¿Es el limón? ¿Es la Coca? No. Es el fernet a secas. Con el Flake llegamos a esta conclusión (la de Fernet ganándole terreno al Gancia) en la cena de fin de año. Paredes blancas, milanesas al tun tun, rusa con arroz y una comitiva acoplense que esperó el nuevo año con mucho reggae en la previa. A las doce Cristian preguntó: "Qué ponemos?". Fuerte incertidumbre. Las Pelotas habían sonado hasta ese momento y se requería algo distinto, pero igual de verdadero. No sé por qué (tal vez porque hace diez años, en el '96, lo único que escuchaba era Nirvana y Corpiños en la Madrugada), tiré: "Che, no da un Breaking Away??". Hubo ese tipo de silencios que sólo presagian el éxito de una propuesta. "Pero obvio, Mauro", exclamaron en forma unánime Cristian, El Flake, El Gordo Forro y El Jipi (los últimos dos integrantes de la banda reggae punk Claribel Mota). "Lo ponemos ya". Nunca labure de DJ, pero ahora entiendo cuando dicen: "Loco, puse ese tema y te juro que la pegué, la gente se puso como loca. Saltábamos. Puteábamos. No nos importaba nada". Me pasó a mí. ¿Sabén lo que fue ver la misma emoción adentro del departamento de Cris que afuera con todo el fuego estallando en la noche? No tiene nombre. O sí, se llama Luca.

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