Volvió el gorilaje musical, el odio a la alegría, el descrédito, la Biblia junto al calefón. Cualquier advenedizo se siente capaz de expulsarte de un estándar de rock que desconoce; por consonante y cumbianchero, por millonario, por Pomelo; serás demasiado ligero, serás reaccionario, serás viejo-choto, pero no "sos rock" porque se le canta el culo-blando a un "abrazafarolas" que ni sabe quién era Willy DeVille, ni "sabe un carajo de The Mothers".
Alguna vez, hace mucho tiempo, había músicos que pensaban así, pero al revés; entonces no había lugar para Pappo, ni para Luca, ni para Miguel, ni para Federico, ni para La Renga, ni para los Deca, ni para Juanse; porque la corriente era declarar "cuadrado" al rock’n’roll de toda la vida; pero ahora (al derecho y al revés) algo conspira para deformar la cultura y ser más resentidos y tarados. En este contexto aparece Jorge a salvar las papas, como un extraordinaire héroe tranquilo.
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2 comentarios:
Supongo que en alguún punto TODOS somos decadentes...
el disco de jorge esta bueno
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