5.1.12

tenías razón, Facundo

Siete meses antes de que lo asesinaran, Facundo Cabral me recibió en su departamento del Hotel Suipacha. Un tres ambientes repleto de libros y revistas, pero con muy pocos discos. "Lo que pasa es que yo soy un cronista más que un músico. Soy más colega de ustedes que de Silvio Rodríguez", me explicó y ahí nomás me sumergió en un charla de ensueño en donde no faltaron Evita, Borges, María Teresa de Calcuta, Bradbury y un larga lista de personajes a quienes conoció de maneras tan azarosas como significativas. El motivo fue una serie de recitales en el ND/Ateneo que marcaron su retorno a los escenarios después de mucho tiempo y que, a posteriori, resultaron los últimos shows en el país. Una despedida digna y sin barullo de una carrera que tuvo de todo menos cálculo o previsibilidad. "Somos lo que repetimos", me dijo entre tantas otras máximas dichas al pasar, casi sin querer, aquella calurosa tarde de verano. Yo trataba de que hiciera foco en sus canciones, varias de ellas universales, de esas que traspasan épocas, fronteras e idiomas. Pero a él no le interesaba. Prefería reflexionar sobre temas generales e, incluso, indagar sobre mis propios pensamientos. Dialogar y tal vez, entre ambos, aprender algo, aunque no volviésemos a vernos. La nota salió a los pocos días y, por esas cosas del periodismo, terminó citada como una de las últimas que dio en vida antes de que un grupo de sicarios le quitaran la vida en Guatemala por error. Yo obviamente me apené con la noticia. Pero me quedó el consuelo de haber intentando un respetuoso y cariñoso cauce a su río a veces desbordado de palabras. Tenías razón, Facundo. Somos lo que repetimos.

2 comentarios:

Julia dijo...

Qué grosso, cumpa.

lowfirocker dijo...

Gracias Juli!

beso grande